10/2/10

Crisis, what crisis?

El texto que sigue es lo que quería publicar como comentario a una entrada en el blog PAISSE, pero que por su extensión no ha sido posible.

UPyD es el primer partido político de España que se ha dado como norma el que todos los afiliados puedan elegir y presentarse a cualquier órgano directivo o deliberativo-representativo, comisión o grupo de trabajo, y ello sin necesitar aval previo alguno, ni como elector ni como afiliado elegible. Así pues, con ocasión de las distintas asambleas territoriales, todos los afiliados tuvieron la oportunidad de postular a ser delegados del I Congreso Nacional de UPyD, tener conocimiento de las diferentes candidaturas, leer y escuchar cuanto tenían que exponer todos los candidatos y elegir a quienes consideraron oportuno hacerlo.

El mismo procedimiento fue el empleado para la elección del Consejo de Dirección, máximo órgano ejecutivo de UPyD, y el que se está poniendo en práctica en el actual proceso de elección de los Consejos Territoriales.

Para los demás órganos nacionales del partido, fuimos los delegados al I Congreso quienes elegimos a los miembros del Consejo Político (máximo órgano “legislativo-normativo” del partido) y a los de las diferentes comisiones (electoral, de garantías, etc.).

Cabe recordar que las normas que rigieron todos los procesos anteriores a las resoluciones del mencionado congreso fueron aprobadas por amplia mayoría por el Consejo Político anterior (un 80%) y que los actuales estatutos también recogieron un abrumador apoyo por parte de los delegados.

La tan mencionada crisis partió de los descontentos con el reglamento interno que, como he dicho anteriormente, fue aprobado por el anterior Consejo Político. Una minoría entendió que un partido político, que desde su Manifiesto Fundacional aboga por listas abiertas en los procesos electorales del conjunto del Estado, no podía “cerrar” las listas de sus órganos internos como son el Consejo de Dirección, Consejos Territoriales, Consejos Locales y comisiones, aunque las dejara abiertas para los diferentes consejos políticos (nacional y territoriales). En realidad el problema para los críticos era que veían peligrar sus “carreras políticas”, conscientes de que el Consejo de Dirección les quedaba así muy lejos por no poder presentar lista alternativa alguna de suficiente calado programático.

¿Y por qué la gran mayoría defendemos este sistema de listas cerradas para los órganos ejecutivos, pero abiertos para los “legislativos”? ¿No resulta ser contradictorio con nuestro ideario? Pues no, nada más lejos de ser así. Queremos listas abiertas para poder elegir a nuestros representantes en los órganos legislativos-normativos: diputados nacionales y autonómicos, concejales, etc., pero somos conscientes de que cualquier gobierno debe ser formado por personas escogidas por quien sustente la responsabilidad de presidirlo. ¿Podemos imaginar un Presidente de Gobierno con ministros impuestos por el intercambio de cromos de las diferentes formaciones políticas o elegidos directamente por los ciudadanos? El resultado sería desastroso, tanto en el primer caso, del cual en Baleares tenemos un muy buen ejemplo, como en el segundo, que me atrevería a ilustrar con un símil futbolístico: ¿y si fuesen los socios de un club de fútbol quienes escogiesen a los jugadores, las posiciones de cada uno de ellos y el estilo de juego? No conozco a ningún entrenador con dos dedos de frente que aceptase el puesto en tal supuesto club.

Como alguien ha comentado en el blog PAISSE, la prensa que poco o nada se hizo eco de las propuestas de UPyD hasta la fecha, pero consciente del papel cada vez más determinante de esta formación, decidió de repente darle voz a esos pocos descontentos con la esperanza de enterrar cualquier atisbo de cambio en el panorama político español. Curioso, ¿no? Como no nací ayer, sé que en democracia lo último que se puede perder es el espíritu crítico y que lo mejor es siempre ir a las fuentes, cuestión de que no nos den gato por liebre. (Y lo mismo hago en el seno de mi partido). Sirva de ejemplo lo poco o nada que uno se puede fiar hoy en día de buena parte de los medios informativos, las numerosas noticias aparecidas en diarios mallorquines después de las elecciones europeas afirmando que Carlos Delgado, Munar (María Teresa, no María Antonia) u otros políticos de diferentes formaciones de las islas estaban negociando su incorporación a las filas de UPyD. Como miembro de la actual Coordinadora Territorial, saliente, puedo afirmar, sin miedo a quemarme en la hoguera, que nada hay de veraz en tales proclamas.

Y volviendo al famoso sector crítico de UPyD y a cuanto la prensa ha querido explotar esa no-noticia: no olvidaré nunca la doble página que le dedicó el ABC a nuestro I Congreso el 21 de noviembre del año pasado. A un lado Valia Merino, cabeza de lista de la candidatura de los críticos. Foto tomada con teleobjetivo a la misma altura del sujeto, éste mirando a la cámara, suavizando contornos faciales. Agradable a la vista, como un lechoncito que ignora lo que le espera cuando entre en la cocina. Al otro, Rosa Díez, foto tomada desde abajo con gran angular, mirada hacia arriba. Resultado: facciones duras, desproporcionadas, la propia de quien va a zamparse al pobre lechoncito. (Y sé de lo que hablo, que la imagen y cómo utilizarla para bien o para mal es mi profesión). Los textos que acompañaban ambas imágenes iban en el mismo sentido (escribo que los textos acompañaban a las imágenes adrede, pues así era. Las fotos de una y otro eran suficientes para predisponerse en el sentido deseado por el editor): entrevista de lo más benévola a Valia, reportaje subjetivo a la hora de referirse al discurso de Rosa Díez.

También recuerdo cuán organizados estaban los delegados del sector crítico: igualito que en la facultad de París cuando los sindicalistas de extrema izquierda consiguieron movilizar a los estudiantes de toda Francia en 1987, sin que estuviéramos seguros del todo si la ley que combatíamos representaba un peligro o un avance real para la mejora de la calidad de la enseñanza universitaria. Una minoría puede conseguir sus objetivos si se organiza, pues las mayorías no suelen hacerlo. Estoy hablando de planos traídos de casa, es decir de todas las provincias de España, de cómo distribuirse por el Palacio de Congresos para parecer más numerosos, miles de fotocopias para llamar la atención sobre su descontento, personas distribuyéndolas, reacciones a discursos orquestadas, pegatinas en pecho, insultos, intento de copar una comisión para poder influir en el resultado de la resolución acerca de los estatutos… Esto último es lo único que realmente parecía interesarles: modificar el espíritu de los estatutos internos del partido. Las demás comisiones, en las cuales tuvieron lugar interesantísimos debates acerca de temas importantes de nuestro ideario, parecían no importarles lo más mínimo. Propuestas, ideas, argumentaciones: ninguna. Descalificaciones hacia el Consejo de Dirección saliente y cuantos no comulgábamos con su estrategia destructiva: todas.

Y así seguimos. Que las diferentes encuestas dan a Rosa Díez como la líder mejor valorada o que nuestras perspectivas de voto mejoran semana tras semana: rescatemos el tema de la crisis interna, seamos los portavoces de los pocos descontentos que, en busca de un trampolín que catapulte sus ambiciones personales y personalistas, han dejado claro que se habían equivocado de partido, pero nunca de la gran mayoría, de los que seguimos trabajando con ilusión por consolidar y dar a conocer este proyecto, sacrificando nuestro tiempo de descanso y de ocio sin contrapartida económica alguna. Dejemos de mencionar que la afiliación aumenta sin cesar, pero pongamos el acento en los que se dan de baja. Como nadie nos pedirá datos objetivos, diremos que son muchos, aunque se puedan contar con los dedos de las manos.

Añado, para quienes llegáis a esta entrada a través del blog PAISSE, el texto final original de mi comentario:

Amigo Daniel, espero que sabrás perdonar mi intrusión en tu blog (aunque finalmente no haya sido así) con tamaño texto, más propio de ser insertado en el mío que no en uno ajeno.

Un abrazo y enhorabuena por el trabajo que realizas. Saludos a tus seguidores, incluida Ruby, cuyo blog he visitado alguna que otra vez gracias a sus repetidas apariciones en el tuyo. No os enfadéis mucho con ella: la democracia es pluralidad.

Kiko

4 comentarios:

  1. Perfecto resumen de los hechos. Lástima que este artículo no saldrá en ABC, ni en El Plural, ni en Público, ni en... Al menos hasta que no les quede más remedio. Cuando estemos en buena parte de las instituciones españolas. O sea, el año que viene. Saludos.

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  2. Ningún problema con la "intromisión", al contrario. Lo de Ruby es una historia demasiado larga, es como una maldición que me cayó encima y que vigila todos mis pasos y todas mis palabras para ver por dónde puede atacarme. Ella querría que la censurase para poder llamarme facha, pero no le doy ese gusto.

    El tratamiento de los medios hacia UPyD clama al cielo, además desde múltiples flancos.

    Ayer escuché a otro insigne, José Mari Calleja, en CNN+ decir que con el desprestigio que han alcanzado PP y PSOE a los ojos de los ciudadanos, la intención de voto de UPyD en torno al 5% se puede calificar de fracaso. Este es el bombardeo diario al que nos enfrentamos.

    Un saludo

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  3. Daniel, son los mismos periodistas que en 2008 sólo se dignaron hablar de UPyD para afirmar que la política es algo muy serio, que no teníamos nada que hacer y que después de las elecciones pasaríamos al olvido; los mismos que optaron por silenciar nuestra existencia hasta pasadas las europeas de 2009, para luego cargar sus escopetas y disparar a diestro y siniestro. Las encuestas y sondeos valen lo que valen, son datos que rara vez superan la semana de vida. Los resultados en las urnas permanecen 4 años (5 en Europa).

    Un saludo.

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  4. (5% de intención de voto, bendito fracaso!)
    Francisco: gracias por tus explicaciones, personas como yo, aún poco informadas, necesitamos beber de todos sitios y si es de los implicados (unos de éllos) mejor.

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