24/11/09

Sobre la cobertura periodística del Ier Congreso de UPyD

A cuantas voces se alzan para poner en duda el proceso electoral del Ier Congreso de UPyD, les recordaré que es muy fácil desacreditar sin dar argumentos. Me gustaría que quienes sugieren que hubo fraude diesen el paso adelante, lo afirmaran sin amagos y llevaran su razonamiento, si es que lo tienen, hasta las últimas consecuencias. Claro que con el precedente de la demanda judicial ya pudimos percatarnos de cuánto hay de cierto en todas estas cábalas.

Ayer, en varias tertulias radiofónicas, pudimos comprobar una vez más cuál es la realidad política de nuestro país y, añadiría, también la periodística: especulaciones, tergiversaciones y, en general, falta de rigor analítico es cuanto unos y otros consiguen o deciden comunicar al conjunto de la opinión pública. Digo “consiguen” por la demostrada inoperancia de muchos y “deciden” por la mala fe de tantos otros que se limitan a repetir lo que les dicta la voz de su amo.

Me alegró sin embargo comprobar cómo Arcadi Espada - tenía que ser él y no otro – reprochaba a sus compañeros de tertulia en Onda Cero su exceso de celo a la hora de buscarle connotaciones negativas y ocultas a todo cuanto tuvo lugar y se aprobó durante el Ier Congreso de UPyD. En efecto, si bien son varias las voces de personajes públicos que llevan años reclamando una revisión del modelo de Estado, de la ley electoral o de la separación de poderes (para que ésta sea real y efectiva), en el momento en que un pequeño partido político nace justamente como consecuencia de que un nutrido grupo de ciudadanos, proveniente de los movimientos cívicos, recoge estas demandas - y logra que miles de otros ciudadanos, que nunca se habían comprometido antes con opción política alguna, se unan a este proyecto con ilusión, sacrificando su tiempo de ocio, de descanso o el que dedican a sus familias o incluso trabajo, con el único fin de llevar a bien y transmitir el mensaje de regeneración democrática – esas mismas voces tachan ahora a UPyD de idealista y hasta de demagogo y populista.

Cuando un partido político, sin estar obligado a ello por la ley electoral, decide darle voz, voto y elegibilidad para cualquiera de sus órganos de dirección y decisión al conjunto de sus afiliados, sin necesidad de avales o de compromisarios de por medio, los “profesionales” de la información no encuentran mejor manera de analizar el proceso congresual que prestándole más atención a quienes se dedican a hacer ruido y no a la inmensa mayoría que antepone el trabajo en equipo y el debate de ideas como única y mejor herramienta con la cual construir esta alternativa necesaria para el panorama político y social de España.

Tampoco han faltado críticas por el mero hecho de que los debates del Informe de Gestión y de las ponencias, más sus respectivas enmiendas, fueran a puerta cerrada. ¿En qué afecta esto a la democracia interna del partido? ¿Nos deberían invitar pues los comités de redacción de los diferentes medios de información a asistir a sus reuniones para que nos enterásemos por fin de cómo deciden darle o no – y de qué manera - salida a una noticia?

Todos sabemos aquello de las minorías ruidosas y las mayorías silenciosas.

8/11/09

Quo Vadis IB3?

Cuando uno viaja al extranjero es bastante común sorprenderse por cuestiones muy aceptadas, incluso interiorizadas como naturales, por los habitantes del país de acogida. De este modo, el viajero español que se desplace a Polonia por primera vez no dará crédito a sus ojos y oídos al encender un televisor y poder disfrutar de una película o serie no polaca en versión original y con una sola voz, monocorde, traduciendo y cubriendo en parte los diálogos. ¿Se habrán vuelto locos los polacos?

Imaginemos una situación opuesta a la que acabo de relatar: un norteamericano viene a nuestro país y en el espacio de un mes recorre toda nuestra geografía. En cada una de sus etapas enciende el televisor y haciendo “zapping” descubre que no sólo tenemos dos canales públicos generalistas (más los temáticos de la TDT), sino que cada comunidad autónoma y, a veces, hasta ayuntamientos, diputaciones provinciales o consejos y cabildos insulares, disponen de uno, dos o más canales de televisión financiados con dinero público, el de todos sus contribuyentes. Nuestro americano pensará que o somos un país con ingentes recursos económicos o que nos hemos vuelto locos.

Y si en lugar de ser norteamericano nuestro visitante fuera alemán, sus comentarios irían seguramente más lejos y se vería obligado a formularnos algunas preguntas estilo ¿cómo financiáis tantos canales públicos? O ¿las cuentas de los mismos son deficitarias? Y, por fin, la que más nos dolería: ¿siendo un país receptor de fondos de cohesión, la UE no llama al orden a vuestro gobierno para que destine todos estos recursos, malgastados, en inversiones y equipamientos generadores de riqueza?


Siendo francos, ¿quién se atrevería a contestar al amigo alemán que nuestro modelo actual de una o dos TV’s públicas por autonomía es viable, económica y comercialmente, y responde a necesidades y demandas culturales e informativas? ¿Quién, a su paso por Baleares, logrará hacerle entender que IB3 TV, según los presupuestos del Gobierno de Baleares para 2010, tendrá un coste de 55.300.000 € y sólo ingresará 4.700.000 €? Y si nos atrevemos a contestarle que además de IB3 TV tenemos IB3 Ràdio, el Ens Públic de Radiotelevisió de les Illes Balears (EPRTVIB) y Multimèdia de les Illes Balears y que en total el coste asciende a 124.379.049 € con unos ingresos de sólo 6.419.049 €, estaremos reconociendo que 117.960.000 € son financiados directamente por dinero público a fondo perdido, cantidad equivalente a más de 100 € por habitante de las islas y año.

Por último, nuestro amigo alemán seguramente nos preguntará cuál es el índice de audiencia de IB3 TV. Entonces le podremos decir orgullosos que de media un 5% y con la Fórmula Uno hasta un 12%.


A título indicativo, France Télévisions, ente público con tres canales nacionales, registraba en 2008 un déficit de 100 millones de euros, menos de 2 euros por habitante.

Siguiendo con el “ejemplo francés”, en el país vecino, al igual que en el Reino Unido, Alemania o Italia, existe un impuesto audiovisual, pagadero por hogar y anualmente. En 2009 dicho impuesto asciende a 118 euros/hogar en la metrópoli (cantidad muy inferior en los territorios y departamentos de ultramar). Con este impuesto el Estado Francés financia todo lo siguiente:

· France Télévisions (FR2, FR3, FR5) 59%
· Arte-France 7%
· Radio France 18%
· Radio France International 2%
· RFO (Réseau France Outre-mer) 8%
· INA (Institut National de l’Audiovisuel) 3%
· Gastos de funcionamiento de la tasa 3%

El conjunto de entes financiados gracias a este impuesto quedan comprometidos por ley a:

· ofrecer en los horarios de mayor audiencia un mínimo de 12 tipos diferentes de programas,
· privilegiar en particular la información, el descubrimiento, los espectáculos en vivo, la cultura, los deportes, la programación regional y la dedicada a la juventud,
· apoyar a la industria y creación audiovisual y cinematográfica.

France Télévisions consigue de este modo:

· ser el primer difusor y coproductor de documentales en Francia, inclusive en “prime time”,
· ofrecer 73 ediciones diarias de informativos locales, regionales y nacionales, más 37 magazines de actualidad por semana,
· retransmitir íntegramente grandes acontecimientos deportivos (Tour de Francia, Roland Garros, Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales de Atletismo, Copa del Mundo de Rugby),
· retransmitir acontecimientos culturales de relevancia tales como festivales de verano.

Cabe preguntarse pues por qué los franceses pueden hacer tanto con 118 euros por hogar y año (más un déficit acumulado de 100 millones de euros en 2008 que representan, repito, menos de 2 euros por habitante) y nosotros, en Baleares, con más de 100 euros por habitante y año tan poco.

Algún día me atreveré a sumar los costes de RTVE y apagaré por siempre el televisor de mi casa.

Quo Vadis España?

6/11/09

Federalismo sí o no (III) - Respuestas que he expuesto a entradas de varios blogs

Aunque no las comparta, entiendo las motivaciones de los reacios al postulado federal. Si bien la definición del modelo de estado que defenderemos una vez finalizado el congreso reviste una gran importancia, también es cierto que tenemos muchos otros temas que debatir y consensuar y que, navegando por foros y blogs afines a UPyD, parece que sólo nos preocupe el relativo a la inclusión del término federal en la ponencia. Y sobre todo lamento que las formas no sean siempre las más afortunadas.

Si no me equivoco, pues no soy ni mucho menos experto en la materia, en varios aspectos nuestra Constitución del 78 tomó ejemplo de la Carta Magna de la RFA, pero en lo relativo al modelo territorial se quedó a medio camino entre las aspiraciones soberanistas de los unos y la voluntad por controlar un cambio de modelo tranquilo de los otros. También destila cierto resquemor a llamar las cosas por su nombre. De ahí que deshoje el modelo federal sin atreverse a plantearlo sin tapujos. El consenso al que llegaron los constituyentes se reveló no ser tal a partir del momento en que los diputados del PNV se abstuvieron a la hora de votar la CE o cuando nacionalistas de todo color han aprovechado y siguen aprovechando esta circunstancia para legitimar reclamaciones y fundamentar leyes sospechosamente inconstitucionales - como todos sabemos la puerta se quedó a medio abrir (o a medio cerrar, según se vea) -.

Creo poder afirmar que en UPyD estamos todos de acuerdo en la necesidad de cerrar el modelo territorial y para ello ¿no sería primero necesario enmendar el artículo 1.2 relativo a la soberanía y añadir acto seguido en el mismo artículo, como lo hace la Constitución Francesa y sin más retórica, que “ninguna sección del pueblo ni ningún individuo puede atribuirse su ejercicio” en lugar de necesitar de otro artículo (el 3º) para fundamentar la Constitución “en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles” obviando en este punto a la soberanía? Puede ser que esté confundiendo conceptos de teoría del estado, pero deduzco que la unidad de la Nación española es indisoluble, pero no queda tan claro cuando nos referimos a la soberanía del pueblo español de la cual emanan los poderes del Estado.

Mi defensa de un modelo federal no data de la ponencia de nuestro primer congreso y me preocupa que en UPyD nos dividamos entre autonomistas y federalistas. Igual peco de pragmático al considerar que no por mucho inventarnos un modelo de estado acertaremos. La CE de 1978, con su reconocimiento del “derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones” que integran la Nación española, no resuelve, como nos demuestra el proceso de transferencias a las CCAA y de reformas de los diferentes estatutos de autonomía, la cuestión del modelo territorial. Más bien todo lo contrario. Por ello me parece más sensato definir, sin miedo, a España como estado federal, tomando como referencia el ejemplo alemán y aclarando el tema de la soberanía. De este modo no se podrá interpretar esta reforma como una concesión más a los soberanistas.

Federalismo sí o no (II) - Respuestas que he expuesto a entradas de varios blogs

La legitimación de los delegados al Primer Congreso Nacional de UPyD no se sustenta en el hecho de haber presentado muchas o pocas enmiendas, o que éstas sean meras correcciones ortográficas o verdaderas ponencias alternativas, sino en el haber sido elegidos en asambleas territoriales por el conjunto de afiliados inscritos en el censo del partido. Siguiendo ciertos razonamientos, deberían ser delegados aquellos que hubieran presentado enmiendas a la totalidad de las ponencias. Nada más lejos de un planteamiento democrático o, llevando al extremo los mismos, UPyD debería contar con un número por lo menos 100 veces mayor de diputados en el Congreso, puesto que Rosa Díez presenta muchas más proposiciones de ley y no de ley que sus compañeros de cámara.

Federalismo sí o no (I) - Respuestas que he expuesto a entradas de varios blogs

Si bien es cierto que “en una estructura federal no queda claro dónde reside la soberanía” (Conceptos Fundamentales de Ciencia Política de Ignacio Molina), no por ello se debe entender que ésta recaiga en cada una de las federaciones que la componen. En el ejemplo norteamericano, del cual surge el primer estado federal de la historia, “estados previamente soberanos pactaron unirse con un vínculo más fuerte que el basado en el derecho internacional, propio de las confederaciones”. Aun así, y desde entonces, son varios los ejemplos de estados federales nacidos de un proceso inverso de descentralización o autonomización de las partes integrantes del mismo.

Es pues la constitución de un estado federal la que establece dónde reside la soberanía y no el propio término federal. El pacto al que algunos se refieren no tiene porqué ser entre entes territoriales, sino que puede ser ejercido por el conjunto de la soberanía popular.

31/8/09

DE LA VOZ Y DEL RUIDO (LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD)

Con motivo de la campaña electoral de las pasadas generales de 2008, escribí unas líneas que luego tuve el honor de leer en la presentación de la candidatura de UPyD por Baleares. Hoy, poniendo orden a mis archivos, he encontrado el citado texto, lo he vuelto a leer y no me ha quedado más remedio sino aceptar que todo lo que llegué a afirmar hace algo más de un año y medio sigue siendo tremendamente válido a día de hoy. Por ello publico ahora lo escrito entonces, consciente de que esa ilusión que me llevó a implicarme en un proyecto como el de UPyD, no sólo se mantiene intacta, sino que ha crecido como van multiplicándose las expectativas que depositan en él un número cada vez más importante de ciudadanos de este país.

Navegando por la red con el propósito de informarme acerca de la coalición electoral Unitat per les Illes, me ha dolido leer, una vez más, en foros del PSM y otras organizaciones nacionalistas, descalificaciones como “espanyolistes”, “feixistes”, “forasterots”, etc. No he acertado descubrir a quién iban dirigidos dichos adjetivos, aunque sí lo puedo imaginar. ¿No apuntarán a todos aquellos que no comulgan con su ideario nacionalista?

Desde pequeño me enseñaron, tanto en casa como en la escuela a respetar y aceptar las
diferentes ideas, religiones, filosofías y orientaciones sexuales. No comparto los postulados extremos, sean cuales sean. Ni el mito de la aldea o de la tierra ni el de la raza. Creo en las personas, en una educación sólida y amplia, en una organización social que dote a los ciudadanos de las suficientes herramientas para desarrollarse personal y profesionalmente. La educación verdadera, lejos de ser un medio a través del cual se perpetúan ideas refutables o, aún peor, instrumento del adoctrinamiento, además de transmitir conocimiento, ha de marcarse como objetivo el que todos podamos pensar con criterio propio y razonado. Por eso me siento reconfortado al ver que por fin un partido, UPyD, propone un gran pacto de estado por la Educación, para que en este país nos tomemos de nuevo en serio este tema crucial.

Al finalizar la Guerra Civil, en un campamento de refugiados en Francia, un joven soldado de la República vio a lo lejos acercarse al recinto a una chica de largos cabellos morenos. En ese preciso instante el joven supo que se trataba de su hermana, María. En efecto, la muchacha llegaba decidida a llevarse con ella a su hermano. No olvidemos que las condiciones de vida en los campos eran lo más parecido a las de un presidio y que era preciso aportar garantías para poder salir de ellos. María consiguió su propósito.

Los nietos del soldado han escuchado con pasión esta historia contada mil veces por su abuelo y yo estoy muy orgulloso de lo que hizo mi abuela, ese día y toda su vida.

He recordado esta corta historia porque mi abuela, “catalana de Mallorca” como se solía decir y finalmente casada con un mallorquín, siempre sintió un fuerte arraigo hacia sus dos lugares de procedencia: Barcelona y Mallorca, pero no por ello dejó de ser una ciudadana universal, entusiasmada con todo aquello que le ofrecieron las tierras que la acogieron en diferentes momentos de su vida, se tratara del País Vasco francés, del Languedoc-Rosellón o de Andalucía.

Vivió sus últimos años en Mallorca y aquí reposan sus restos y me entristece todavía hoy recordar su pena porque nunca consiguió que la aceptaran como una vecina más y porque solieran tratarla de catalanota o de chuetona.

Al igual que mi abuela, he pasado parte de mi vida recorriendo mundo, no como turista, sino como inmigrante voluntario. En todos los lugares en que he vivido he sido agraciado con el trato de sus gentes y estoy agradecido por haber descubierto modos de vivir fascinantes, como a día de hoy me siento parte plenamente integrante e integrada de la realidad y sociedad balear.

Y entonces, COMO DECÍA leo: “espanyolista”, “feixista” y “forasterot”.

· ¿Seré fascista por haber nacido en España y no en el exilio dado que mis abuelos, uno comunista y otro anarquista, consiguieron salvar la piel y seguir viviendo, como hicieron la gran mayoría de españoles al finalizar la guerra? ¿O tal vez lo seré por mi educación universalista y humanista?

· ¿Españolista por no compartir las ideas nacionalistas, ni las de quienes reivindican la lengua-territorio-nación negando la herencia de 500 años de historia común (por no decir de 2.000 años, pues en la Europa de los estados feudales el concepto de nación era inexistente, pero sí que desde tiempos del Imperio Romano se hacía mención a Hispania como luego con Carlomagno nació la idea de Europa) ni las de aquellos que no aceptan que nos expresemos en catalán, con todas sus variantes, en aranés, en vasco, en bable o en gallego? Y por otro lado, ¿qué tiene de malo ser españolista. Prefiero el españolismo que emana de los valores de la Constitución del 78 al catalanismo, el europeísmo al españolismo y el humanismo al europeísmo.

· ¿Forastero por no poder presentar credenciales de pureza de sangre?

A mis amigos y conocidos simpatizantes o militantes de UM, PSM, EU, ERC, PSOE, PP,
etc. quiero pedirles que mantengamos el respeto, como solemos hacerlo en privado, cuando discutimos acerca de nuestros divergentes puntos de vista sin que por ello padezca nuestra amistad. Yo no descalifico a los que tienen otras ideas. Acepto, desde el sano debate, propuestas democráticas y respetuosas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tan sólo defiendo mis propias ideas y, llegados al punto en el que se halla nuestro país, siento la necesidad de implicarme un poco más en ellas y con ellas de lo que he hecho hasta ahora.

Mi abuelo mallorquín, escarmentado por lo padecido durante los años que precedieron a
la guerra, por la misma contienda civil y por el franquismo en general (como la gran
mayoría de españoles de la época), solía aconsejarnos que no nos metiéramos en política a menos que fuéramos a vivir de ella. Si me pudiera escuchar le diría que hoy es necesario hacer algo más que reflexionar y votar en un sentido u otro. Sin pensar ni un momento el vivir de la política ¿quién me garantiza que mi voz llegue por fin a valer tanto como la de los tradicionales grupos mayoritarios (PP-PSOE) o la de las minorías locales, representadas sobre todo por los partidos nacionalistas o secesionistas, si no contribuyo uniendo mis esfuerzos a los de aquellos que piensan como yo?

Recordando la pasada campaña de las presidenciales en Francia y el debate televisivo
que mantuvieron Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal, sólo me vienen a la memoria
palabras que expresaban ideas y contenidos, no descalificaciones.

Cogiendo como referencia el ejemplo francés, el que más conozco aparte del nuestro, no puedo dejar de envidiar su esquema electoral. El diputado francés representa a los ciudadanos que le han elegido antes que a un partido, pues les debe rendir cuentas y no sólo en las siguientes elecciones, sino también en lo que allí llaman permanencia parlamentaria, instrumento mediante el cual cualquiera de estos ciudadanos puede dirigirse a su diputado. De este modo, el arraigo a la circunscripción prevalece frente a la disciplina de partido.

No estoy afirmando aquí que debamos copiar exactamente el modelo francés, aunque sí
defiendo que es necesario reformar nuestra ley electoral, porque la experiencia nos
demuestra que las voces verdaderamente mayoritarias no han sido escuchadas en
nuestro país, y porque tenemos que fortalecer la obediencia al ciudadano, por encima de la disciplina de partido entre nuestros diputados y senadores. De todos es sabido que los pactos son necesarios para gobernar España (y saludables), pero en las últimas dos décadas hemos visto cómo ideas minoritarias, y encima insolidarias, estaban sistemáticamente sobrerrepresentadas por su papel de bisagra y cómo, legislatura tras legislatura, tanto PP como PSOE, con tal de gobernar, están dispuestos a renunciar en todo momento a sus propias creencias y a principios básicos de nuestra Constitución.

¿No debería representar el conjunto del Parlamento la soberanía popular, siendo el Congreso la cámara de representación de la ciudadanía, máxime ahora que el Senado va a ser la de representación territorial?

Por todo lo expuesto anteriormente, porque creo en el consenso, porque hago míos los valores de libertad, igualdad y fraternidad, porque estoy convencido de que es necesario un gran pacto de estado para la educación, porque creo que ha llegado el momento de reformar nuestra ley electoral y varios artículos de la Constitución del 78, me he alegrado y sentido esperanzado desde que empezó a tomar forma el que hoy es el partido UPyD. Ahora tenemos un verdadero motivo para ejercer nuestro derecho al voto: existe una opción, no simplemente otro ruido más, sino la opción de la razón y la solidaridad, la de que se escuche, por fin, la voz de las mayorías silenciosas.

12/8/09

PERLAS DEL NACIONALISMO

A raíz de los recientes atentados de ETA en Burgos, Palmanova y Palma, no han faltado voces que han vuelto a reclamar la negociación como única solución posible frente a la barbarie de la banda terrorista. Claro está, lo de barbarie lo afirmo yo, pues estas mismas voces condenan los atentados a la vez que ofrecen argumentos a los violentos para seguir actuando del modo en que lamentablemente nos tienen acostumbrados. Guste o no, son voces proferidas por las gargantas de siempre.

Desde niño me enseñaron, en casa y en la escuela, a crearme una opinión propia después de haber escuchado, contrastado y, siempre que fuera posible, acudido a las fuentes del tema en cuestión. Tal ejercicio conlleva admitir que nuestras ideas preconcebidas deben ser sometidas al análisis antes de darlas por realmente válidas, con el consiguiente riesgo, aunque me parece más bien virtud, de que sufran algún cambio o de que se transformen por completo.

Con los nacionalismos procedo del mismo modo: escucho, me documento e incluso pruebo a empatizar con sus argumentos. - Al fin y al cabo soy catalán, tengo raíces mallorquinas y resido en la isla. Según su lógica ¿no debería pues entender y compartir sus preceptos? - Pues no. Por mucho que me esfuerce, no sólo no logro hacer míos sus argumentos y objetivos, sino que me alejo aún más de ellos por verle mejor las orejas al lobo; un lobo cuya retórica se alimenta tan sólo de mitos, falta de honestidad intelectual, tergiversaciones, ocultaciones y victimismo, cuyas aspiraciones son de carácter mesiánico y cuya principal actividad consiste en amedrentar, descalificar y señalar con el dedo a quienes no comparten su ideario. - ¿He escrito “tan sólo”? -

La web del Lobby per la Independència es una fuente sin fondo que ilustrará sin duda alguna al lector ávido de encontrar argumentos esclarecedores del discurso nacionalista. Advierto: son verdaderas perlas.

Ya en su página de inicio podemos leer:

“Entenem per foraster tota aquella persona que independentment del seu llinatge i del seu lloc d'origen, col·labora en el genocidi i en la colonització espanyola del nostre poble.”

De esta frase concluyo que para el Lobby o bien no ha lugar el uso del término “foraster” o bien desconocen, o no quieren entender, el significado de “genocidio” y “colonización”.

Aun así, cumpliendo con el sano ejercicio de contrastar ideas y documentarse antes de crearse una opinión propia, he buscado las definiciones de los tres términos en discordia en el diccionario de la Real Academia Española, esperando que las den por válidas y no vean en ellas un conjuro imperialista.

forastero, ra.
(Del cat. foraster).
1. adj. Que es o viene de fuera del lugar.
2. adj. Dicho de una persona: Que vive o está en un lugar de donde no es vecina y donde no ha nacido. U. t. c. s.
3. adj. Extraño, ajeno.

genocidio.
(Del gr. γένος, estirpe, y -cidio).
1. m. Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.

colonizar.
1. tr. Formar o establecer colonia en un país.
2. tr. Fijar en un terreno la morada de sus cultivadores.

colonia1.
(Del lat. colonĭa, de colōnus, labrador).
1. f. Conjunto de personas procedentes de un territorio que van a otro para establecerse en él.
2. f. Territorio o lugar donde se establecen estas personas.
3. f. Territorio fuera de la nación que lo hizo suyo, y ordinariamente regido por leyes especiales.
4. f. Territorio dominado y administrado por una potencia extranjera.
5. f. Conjunto de los naturales de un país, región o provincia que habitan en otro territorio. Colonia asturiana en Madrid.
Etc. hasta 10 definiciones con sentidos ajenos a lo que nos ocupa.


Primera conclusión: puesto que rechazan las definiciones 1 y 2, el Lobby entiende por foraster a todo aquel que es extraño o ajeno a su modo de pensar, cosa que equiparan a una forma de genocidio y colonización. Para ellos, estos ciudadanos extraños o ajenos formamos parte de un grupo, sin duda organizado, de gente que colabora con una potencia extranjera, la cual practica la eliminación sistemática del grupo social “independentistas incomprendidos por la amplia mayoría de ciudadanos de estas islas”. Ergo, siguiendo su razonamiento, la mayoría de ciudadanos de las islas somos forasters nocivos y quién sabe qué medidas desearían poner en práctica para atajar este mal.

Segunda conclusión: la potencia extranjera maléfica no puede ser otra que España.
Queda claro que no comulgo con el nacionalismo ni con el independentismo, pero que sí creo firmemente en la evolución de las sociedades, desde las formas primitivas que anulan al individuo en pro del interés colectivo de la tribu, hasta las más avanzadas que reconocen la igualdad de todos sus ciudadanos ante la ley y protegen la libertad de palabra y la libertad de creencias, tal y como recoge la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU.

En este sentido podemos afirmar que en la historia de España no ha habido ordenamiento jurídico ni organización política más avanzada que la Constitución del 78. Constitución que, recordemos, fue aprobada en referéndum con una participación del 67,11% de electores y 88,54% de votos a favor. Si citamos las autonomías con más calado del discurso nacionalista-independentista: 90,22% en Baleares, 91,09% en Cataluña, 70,24% en el País Vasco, 76,42% en Navarra y 90,06% en Galicia. Observemos que en tres de ellas el porcentaje a favor es superior al de la media nacional.

Si bien es cierto que el discurso nacionalista se fija más en el porcentaje de abstención en el País Vasco, un 55,35% (y un 33,37% en Navarra), no se acepta por igual que se hable del 51,15% de abstención en el referéndum sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006. - Por cierto, les reto a encontrar en la página web de la Generalitat de Cataluña los resultados oficiales de dicho referéndum -.

Con la Ilustración nació la idea del Estado-Nación que poco a poco iría suprimiendo privilegios y generalizando derechos. Es lo que entendemos, de forma muy resumida, por estado de derecho. Más allá de las leyes que rigen nuestras sociedades, nos hemos dotado de instituciones supra-nacionales como la UE o la ONU con normativas y declaraciones tendentes a garantizar que las leyes de los estados no atenten contra las libertades de los ciudadanos. Así pues, el artículo 30 recalca que “Nada en esta Declaración [Universal de Derechos Humanos] podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.

Defender hoy en día la vigencia del Estado-Nación España no es ni una cuestión nacionalista (reflejo en el espejo de los nacionalismos vasco o catalán, por ejemplo y como quieren hacernos creer quienes entienden que sólo coexisten estas dos ideas en el panorama político español como justificación a su ideario excluyente) ni patriótica ni mitológica. En el sentido de la evolución y del camino recorrido desde que vieran la luz las primeras ideas surgidas de la Ilustración, la Constitución del 78, mejorable sin duda, como defendemos en UPyD, es el ordenamiento jurídico que garantiza nuestros derechos como ciudadanos libres. Como en toda otra sociedad democráticamente organizada, de sobras sabemos que el camino hasta llegar a ella no ha sido nada fácil.

Daré un ejemplo muy personal, pero válido para la realidad demográfica actual de España: en tanto que residente en Mallorca no participo de los procesos electorales específicos de mi comunidad autónoma de origen, Cataluña: elecciones al Parlamento de Cataluña y referéndums como el de la reforma del Estatuto de Autonomía. Aun así, como “la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado”, sigo ejerciendo mi parte de soberanía en cuantas decisiones atañen a mi tierra de origen a través de la representación del Congreso y del Senado. ¿Pero qué ocurriría si una ley promulgada por el Parlamento de Cataluña o si una iniciativa de referéndum que de éste emanara fueran anticonstitucionales? Mis derechos habrían sido violados. Por ello el discurso victimista de quienes reclaman referéndums de autodeterminación tienen nula validez en un estado de derecho. Tales consultas, para ser plenamente democráticas, deben emanar de las Cortes Españolas y ser aprobadas por el conjunto de la ciudadanía española. En el ejemplo vasco, ¿cómo de otro modo se podrían garantizar los derechos políticos, ya no del conjunto de los españoles, que deben ser garantizados por igual, sino de los 200.000 vascos que han tenido que salir de su comunidad autónoma por padecer la persecución de ETA y su entorno?

Tercera conclusión: quienes se postulan como víctimas del Estado en realidad pretenden conseguir sus fines cambiando las reglas del juego democrático. Por lo tanto tenderán a pisotear los valores democráticos cada vez que sus ideas no sean mayoritarias. Es como si participasen de una liga de fútbol, pero al no conseguir ganarla, cambiaran unilateralmente las normas sobre la marcha, otorgándose, por ejemplo, licencia para jugar con las manos. Si de este modo tampoco llegasen a ganar, perfectamente podrían decidir jugar montados en una moto, y así sucesivamente hasta el infinito.



Si buceamos por la muy nutrida web del Lobby per la Independència encontraremos numerosos ejemplos del amor que profesan por los valores democráticos y el respeto hacia quienes no piensan como ellos. Me he permitido seleccionar unas cuantas perlas más para ilustrar mis afirmaciones:

30/07/2009
"Des del Lobby per la independència, una vegada més, condemnam l’ús del terrorisme com a mitjà per a conseguir un objectiu totalmente legítim com és la independència de les colònies oprimides, espoliades i maltractades des de fa segles per l’imperialisme espanyol."

Agradezcámosles la condena del terrorismo, pero no dejemos de ver la justificación del mismo que a continuación hacen: opresión, espolio y maltrato. ¿Quién no estaría dispuesto a legitimar el defenderse frente al maltrato?

07/08/2009
"Ja poden desembarcar a Mallorca una guarda de forasters fillsdeputes de Madrid dirigits pel psicòpata i mafiós Pedro J. Ramírez."

06/08/2009
"Aquesta campanya perversa i repugnant és responsabilitat màxima del puta fatxa foraster i mafiós madrileny, Pedro José Ramírez Codina, i dels seus esbirros falangistes que ha enviat a les colònies amb l'objectiu de fer una campanya de terrorisme periodístic permanent que té com a última finalitat que els forasters es facin amos i senyors de l'illa i que els indígenes mallorquins siguin arraconats a una reserva índia."

Podré estar o no de acuerdo con las ideas de Pedro J. Ramírez, pero desde luego nunca comulgaré con quienes no esgrimen más argumentos que el insulto.

11/08/2009
"En marxa una gran manifestació contra els jutges fatxes forasters del PP/PSOE del TC."

Como persona crítica con el Tribunal Constitucional y con el intercambio de cromos por parte del PP/PSOE/CiU en la designación de los poderes judiciales, hubiese agradecido algún razonamiento para poder debatir con ellos sobre ideas.

15/09/2008
"Rafatxa Nadal vola amb els cap quadrats nazis d'Air Berlín."

Sin palabras.



Y no se trata tan sólo de lo que escribe sin firmar la gente del Lobby. También se encuentran perlas en otras webs nacionalistas algo más respetables y éstas, por lo menos, firmadas.

Así, Joan Miquel Chacón, Secretario de Política Municipal y Parlamentaria de Esquerra-Illes Balears, escribe en tribunamallorca.cat el 15/07/2009:

"Segurament no ens ve de pagar cada any les vacances a la família reial del país veïnat, i si que ens és sagnant l'ofeg econòmic de patir un 14,2 % de dèficit fiscal a què ens aboca Espanya: 3.000 euros per persona que se'n van a Madrid via imposts i que mai retornen via despesa social a les Illes Balears. Els Països Catalans som un estat emergent dins Europa, amb la llosa de mantenir un Estat, com l'espanyol, que el tenim sempre a la contra. I aquest és el vertader problema.
Va ser un final d'etapa predemocràtica de llibertats corcades, aquell desembre del 1978, quan una Constitució rebutjada per més del 40% dels ciutadans, bastia la monarquia i l'estat de les autonomies com a pedra de toc governamental. No varen tenir un final feliç, certament, quaranta anys de presó mental, ideològica, política, civil a Mallorca."

¿Qué deberían decir los alemanes de nosotros en materia de Fondos de Cohesión? Pero el de la financiación es un tema tan gastado que prefiero no darle más vueltas aquí. Y siguiendo su argumentación y su falsa aritmética - pues o bien suma el porcentaje de abstención y el porcentaje sobre participación de votos negativos o bien suma a los votos en contra la abstención, los nulos y los emitidos en blanco - el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña habría sido rechazado por más del 72% de los electores en el primer caso o por 64,27% en el segundo. Queda claro que, tanto tratándose de la Constitución como del Estatuto, estos cálculos carecen de fundamento jurídico o incluso legítimo alguno. Joan Miquel Chacón nos demuestra que, a falta de argumentos válidos, siempre se puede tergiversar y afirmar cuanto a uno le plazca con tal de justificar un discurso sin fundamentos sólidos.

Y más en la línea del lenguaje del Lobby, Joan Guasp afirmaba el 03/09/2008:

"… allò més miserable i imperdonable que poden fer els ‘nostres’ Nadal i Gasol és mostrar-se tan apasssionats amb una bandera i un país i, al mateix temps, mostrar-se tan submissos i devots amb els qui se’ls fan seus sense ser-ho."

A este señor le recordaré el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”



En mi aventura cibernética en busca del argumento perdido de los nacionalistas, he dejado atrás Sa Roqueta y he volado hasta el País Vasco para sumergirme en el blog del señor Iñaki Anasagasti. ¿Qué cabe decir de su ensañamiento contra el Rey, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy, Patxi López y Antonio Basagoiti? No deja títere con cabeza. Se nota que todavía le duele el desalojo democrático de la Lehendakaritza. Son tantas las perlas que mejor les invito a leer su post en su integridad.

Me quedo con esta: “…esa imagen de Rajoy y Zapatero de riguroso luto viajando juntos en avión militar, y en la capilla ardiente los dos en exclusiva, prescindiendo de los demás, venía a decir que ellos eran la España contra la que ETA atenta, y es eso precisamente lo que quiere ETA.”

Y con esta otra: “…la ley del talión. El ojo por ojo, diente por diente. Lo mismo que practica ETA y con lo que alimenta su discurso porque detrás de las palabras de Basagoiti no hay discurso ético alguno, sólo la muerte por la muerte. Tú me matas, yo te mato. Tú atentas, yo atento. Tú desenfundas, yo desenfundo. La ley de la selva, la ley del más fuerte.”

¿No les estará dando alas a los violentos con su dedo acusador? Señor Anasagasti, su discurso está plagado de mala fe y debería Ud. saber, tal y como he expuesto más arriba con el ejemplo irónico del fútbol, que lo peor que les podría ocurrir a los independentistas vascos no es otra cosa sino la obtención de objetivos políticos gracias a la violencia etarra y de su entorno. Acúseme si quiere de llevar a cabo un ejercicio de política ficción, ¿pero se imagina Ud. un País Vasco independiente como consecuencia de una negociación con ETA? ¿Aceptarán entonces estos últimos las reglas de la democracia? No. La siguiente reivindicación será la anexión de Navarra y volverán a utilizar la violencia hasta conseguirla. ¿Y luego? Acabada la campaña de terror en España, la trasladarán a Francia con vistas a anexionar Iparralde (Baja Navarra, Labort y Sola) a la Gran Euskadi.

Pero tampoco se acabará aquí. Siempre aparecerán nuevas reivindicaciones con su correspondiente recurso a la fuerza.

¿No recuerda esto a la Alemania nazi, su voraz apetito anexionista y la pasividad con la que aceptaron los gobiernos francés y británico las primeras campañas de Hitler o a la Camboya de Pol Pot, su “reinicio de la civilización” y los entre 1,7 y 2,5 millones de muertos?



El mejor favor que se pueden hacer a sí mismos los nacionalistas es replantearse su discurso victimista y extraer enseñanzas de la historia, que son multitud.



Para finalizar, volveré a citar la Declaración Universal de Derechos Humanos, esta vez en su preámbulo:

“Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias… LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS.”

Que los intransigentes no nos callen.